Cristiano Ronaldo y la memoria del fútbol: ¿El mejor de la historia?
- Aurelio Valenzuela
- 24 feb
- 3 Min. de lectura

Cóndor:
Columna de opinión de Aurelio Valenzuela
Cristiano Ronaldo y la memoria del fútbol: ¿El mejor de la historia?
Cristiano Ronaldo es, sin duda, uno de los jugadores más extraordinarios que ha pisado un campo de fútbol. Con casi 40 años y más de 900 goles, su longevidad y consistencia son dignas de admiración. Es una máquina goleadora, un atleta que ha redefinido los límites de lo que se creía posible en este deporte. Cuando dice "soy el mejor de la historia", no lo hace desde la arrogancia, sino desde la convicción de quien ha dedicado su vida a perfeccionar su arte. Y, en parte, tiene razón: sus números, sus títulos y su impacto global son innegables. Pero, ¿es suficiente para coronarlo como el mejor de todos los tiempos? Aquí es donde mi experiencia de más de 80 años respirando fútbol me obliga a detenerme y reflexionar.
Tambien no puedo reducir la historia del fútbol a las dos décadas recientes. Messi es otro gigante de los goles y los títulos. Detrás de ellos viene la nueva camada: Mbappé, Haaland, Rodrygo, Jamal, Salah, Vinicius, Lautaro Martínez, Valverde. Entre otros magnificos futbolistas jóvenes que sin duda, alguno de ellos será el futuro Balón de Oro.
El fútbol no es solo una cuestión de estadísticas. Es un arte, una pasión, una narrativa que se construye con momentos, con magia, con historias que trascienden lo tangible. Cristiano es un fenómeno, pero el fútbol no comenzó con él. Yo he tenido el privilegio de ver jugar a leyendas que, aunque no tuvieron la exposición mediática de hoy, dejaron una huella imborrable en este deporte. ¿Qué hacemos con Alfredo Di Stéfano, el hombre que transformó al Real Madrid en un gigante? ¿O con Garrincha, el genio brasileño que deslumbró en los Mundiales? Y el capitán uruguayo Obdulio Varela, que en el túnel del Maracaná antes de la final del 50 dijo: "los mirones son de palo" y silenció a 200 mil brasileños. ¿Y qué decir de Diego Maradona, cuyo impacto en el fútbol va más allá de los goles y los títulos? Maradona no solo jugaba; hacía soñar. Y eso, queridos lectores, no se mide en números.
Incluso en mi propia memoria, guardo recuerdos imborrables. Vi jugar a José Manuel Moreno en Arica, allá por los años 50, y era algo extraordinario. Su elegancia, su visión de juego, su capacidad para dictar el ritmo de un partido eran únicas. Y no fue el único. Enzo Francescoli, Zinedine Zidane, Michel Platini, Lev Yashin, Franz Beckenbauer, El mexicano Hugo Sánchez y hasta el mágico González de El Salvador.... la lista es interminable. Cada uno de ellos aportó algo único al fútbol, algo que no puede ser reducido a una tabla de goles o trofeos.
Y luego está Pelé. Siempre he creído que Pelé es aparte. No solo por sus tres Copas del Mundo, sino por lo que representó para el fútbol y para el mundo. Pelé era más que un jugador; era un símbolo, un embajador del deporte que trascendió fronteras y generaciones. Comparar a Cristiano con Pelé, o con cualquiera de estas leyendas, es como comparar diferentes capítulos de una misma historia. Cada uno tiene su lugar, su momento, su legado.
Cristiano Ronaldo es, sin duda, una leyenda. Pero el fútbol es demasiado grande, demasiado rico en historias, como para que uno solo reclame el trono. Ser el mejor no es solo cuestión de goles o títulos; es cuestión de impacto, de legado, de trascendencia. Y en eso, el fútbol es un juego que nunca termina.
Cristiano Ronaldo es un gigante del fútbol moderno, pero la historia de este deporte es demasiado vasta y diversa como para ser resumida en una sola figura. El debate sobre quién es el mejor de la historia seguirá vivo, porque el fútbol no es solo un juego; es un universo de historias, emociones y leyendas que nunca dejan de inspirarnos. Y eso, al final del día, es lo que lo hace tan especial.
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