Elías Figueroa: El Mejor Central de Todos los Tiempos
- Aurelio Valenzuela
- 9 dic 2024
- 3 Min. de lectura

Cóndor:
Columna de opinión de Aurelio Valenzuela
Elías Figueroa: El Mejor Central de Todos los Tiempos
Como futbolista retirado, entrenador y analista con décadas de experiencia, es un honor escribir sobre Elías Figueroa, uno de los máximos exponentes del fútbol chileno y mundial. A lo largo de su carrera, Figueroa redefinió el papel del defensa central, convirtiéndose en un símbolo de elegancia, técnica y liderazgo. Su legado trasciende generaciones y fronteras, marcando un antes y un después en la historia del fútbol.
Los inicios de una leyenda
Nacido en Valparaíso en 1946, Elías Figueroa comenzó su carrera en Santiago Wanderers antes de despegar hacia la grandeza internacional. Desde joven, destacaba por su presencia imponente y su inteligencia táctica, cualidades que lo llevaron a brillar en clubes como Peñarol de Uruguay, Internacional de Porto Alegre en Brasil, y Palestino en Chile. Durante su etapa en Internacional, fue reconocido como el mejor futbolista sudamericano en tres ocasiones consecutivas (1974-1976), un hito que pocos jugadores, y menos defensores, han logrado.
Tuve la fortuna de compartir tiempo con Elías durante las concentraciones para las eliminatorias del Mundial de 1966. En ese entonces, la defensa estaba encabezada por Raúl Sánchez, pero Elías absorbió sus enseñanzas y rápidamente tomó la batuta como el defensor más destacado de nuestro país. Recuerdo enfrentarlo en varias ocasiones, y puedo atestiguar que, a pesar de su altura, poseía una agilidad y técnica inusitadas para un defensa central.
Una de las anécdotas más conocidas es la vez que el presidente de Peñarol lo convenció de firmar por el club directamente en un aeropuerto, lo que marcó el inicio de una etapa gloriosa en el fútbol uruguayo. También es célebre el "gol iluminado", un cabezazo que le dio el título al Internacional en el Campeonato Gaúcho de 1975 y que es considerado una obra de arte futbolística.
Elías Figueroa no solo destacó en el campo, sino que dejó un legado en cada club que representó. En Brasil, es considerado una leyenda del Internacional. En Chile en su honor, el estadio de Valparaíso lleva su nombre: el Estadio Elías Figueroa Brander. Además, figuras como Pelé y Franz Beckenbauer lo elogiaron públicamente, con este último afirmando que aspiraba a ser "el Elías Figueroa de Europa" y Pelé llegó a sugerir que Elías se nacionalizara brasileño, un elogio que habla del nivel al que jugó.
En 2004, mientras el Inter de Porto Alegre jugaba en México, pregunté a algunos jugadores sobre Elías. Las palabras de respeto y admiración de los brasileños reafirmaron lo que ya sabíamos: su legado no se desvanece. A donde vaya, su nombre es sinónimo de elegancia, profesionalismo y compromiso.
Recuerdo que en la ciudad de León en Guanajuato México, el club local sostuvo un encuentro contra el club chileno de Deportes Iquique en un partido de la copa sudamericana, nos encontrábamos reunidos en un hotel frente al estadio varios compatriotas chilenos y mexicanos entre ellos Mario Oscar Maldonado, Edgardo Fuentes, Ed Martínez (periodista), Tacho Viveros, un periodista chileno de apellido Rivero y Álvaro Briones quienes tuvimos el placer de conversar con Elías a través de una llamada telefónica. En aquella conversación, rememoramos viejos tiempos, reímos y, como siempre, su humildad brilló tanto como su destreza en el campo. Ese momento fue un testimonio de su grandeza, no solo como futbolista, sino como persona.
En San Diego, Estados Unidos, tengo un buen amigo uruguayo llamado Nery Martínez, apasionado seguidor del club Peñarol. En una de nuestras primeras conversaciones, al enterarse de que yo era chileno, no tardó en mencionar al gran Elías Figueroa. Para Nery, Elías no solo representaba a uno de los mejores centrales en la historia del fútbol, sino también a una figura clave que dejó una profunda huella en Peñarol, otorgándole momentos memorables que aún se celebran entre los aficionados del club uruguayo.
Como compatriota y admirador, no puedo más que sentir orgullo por haber conocido y compartido momentos con esta leyenda. Su influencia perdura no solo en el fútbol chileno, sino en todo el panorama internacional. Actualmente, como empresario y viticultor, sigue dejando su huella, esta vez fuera del campo. Elías Figueroa es, sin duda, un verdadero embajador del fútbol y de los valores del deporte.
Elías Figueroa no solo fue un defensor central; fue un artista del balón, un líder nato y un ejemplo para todos los que amamos el fútbol. Si alguna vez alguien duda del impacto de un jugador en una posición defensiva, solo tiene que mirar la carrera de Figueroa para entender cómo la grandeza no tiene límites, ni posiciones.
En un fútbol que a menudo glorifica lo efímero, Elías Figueroa nos recuerda que la verdadera grandeza perdura. Es, y siempre será, el orgullo de Chile y un referente para quienes aspiramos a dejar una huella en este hermoso deporte.
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