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“Ni se juega limpio, ni se siente la liga.”


FFC Fútbol Fuera de Cancha:

Columna de opinión de Jaime Alfonzo

“Ni se juega limpio, ni se siente la liga.”


La relación entre el fútbol y la prensa siempre ha sido complicada. La tensión, el apasionamiento y las narrativas que se construyen en torno a este deporte son combustibles que avivan la pasión de millones de aficionados. Sin embargo, lo ocurrido en las instalaciones del Club Guadalajara no solo es una muestra de inmadurez por parte del jugador Roberto "Piojo" Alvarado, sino también un golpe directo a los valores fundamentales del respeto y la responsabilidad que el fútbol mexicano debería promover.

 

El reciente incidente en el que el "Piojo" lanzó un petardo en la sala de prensa donde los periodistas aguardaban la conferencia no puede ni debe minimizarse como una simple "broma" entre compañeros. Lo que Alvarado tal vez considera una travesura inocente es en realidad un acto de falta de respeto hacia la prensa, un grupo de profesionales cuyo único objetivo es informar sobre el desempeño y las circunstancias del club. Los periodistas, con justa razón, abandonaron las instalaciones ante tal falta de consideración, una reacción que debería haber encendido las alarmas dentro del equipo y en la Liga MX.

 

Lo más indignante no es solo la acción del jugador, sino la falta de consecuencias claras. Mientras que en otras ligas de mayor seriedad y estructura un acto de este calibre podría haber resultado en sanciones ejemplares, la Liga MX ha guardado silencio. Amaury Vergara, dueño del Club Guadalajara, ha optado por un discurso protector, diciendo “Con mis muchachos no se metan”. Es entendible que un propietario defienda a su equipo, pero ¿a qué costo? Defender lo indefendible solo daña la reputación del club y envía un mensaje equivocado a los aficionados y, peor aún, a los propios jugadores.

 

Alvarado se disculpó, y aparentemente eso basta para evitar cualquier tipo de castigo. Esto evidencia una preocupante falta de estándares en el fútbol mexicano. ¿Cómo es posible que actos como este pasen desapercibidos para la Comisión Disciplinaria? Mientras tanto, los medios de comunicación han sido señalados por algunos como quienes "buscan perjudicar al equipo", cuando en realidad lo que se busca es simplemente justicia y respeto. No se trata de perjudicar a nadie, se trata de poner límites y recordar que, tanto jugadores como directivos, deben rendir cuentas por sus acciones.

 

Curiosamente, se utiliza este incidente para desviar la atención hacia otros temas como si se tratara de un contragolpe mediático que pretende silenciar el escándalo que protagonizó Alvarado. Vergara y su equipo parecen más enfocados en marcar territorio y defender a capa y espada sus decisiones internas, que en reflexionar sobre la gravedad de los actos y su impacto en la imagen del club.

 

Conclusión:La pasividad de la Liga MX frente a actos de indisciplina como el de Roberto Alvarado refleja una alarmante falta de compromiso con el profesionalismo y el respeto en el fútbol mexicano. Las disculpas no deberían ser suficientes cuando se trata de proteger los valores fundamentales del deporte. Defender a un jugador a costa de los principios básicos del respeto solo daña la imagen del club y del fútbol nacional. Lo que está en juego no es una broma inofensiva, sino la dignidad de un deporte que necesita reglas claras y consecuencias justas para quienes las infringen, no solo un slogan como el de “Juega limpio, siente tu liga”


 


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