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O’Higgins FC en venta


Cóndor:

Columna de opinión de Aurelio Valenzuela

O’Higgins FC en venta

 

Desde que se supo que Ricardo Abumohor hijo de Don Ricardo Abumohor ex presidente de Club Palestino, Así como expresidente de la Asociación Nacional de Futbol Chileno (ANFP) y de la Federación Nacional del Futbol Chileno pondría en venta a O’Higgins FC, un club con historia, con identidad, con esa pasión rancagüina que lleva el nombre de nuestro Padre de la Patria, algo en mi pecho se estrujó. No es solo un equipo más; es parte de nuestra memoria futbolera. Y ahora, mientras el Grupo Caliente de México mira con interés su adquisición, yo, como chileno, como futbolista, como técnico y como alguien que ha vivido este deporte desde todos los ángulos, me pregunto: ¿Dónde están los grandes capitales chilenos que deberían estar detrás de estos proyectos?

 

El fútbol es un negocio, sí. Lo sé mejor que nadie. Pero también es identidad, es pueblo, es esa camiseta que llevamos tatuada en el alma. Ver cómo un club como O’Higgins, con su tradición y su gente, puede terminar en manos extranjeras duele. Sobre todo, cuando en Chile hay grupos con capacidad para invertir, para desarrollar, para construir algo propio.

 

El Grupo Caliente no es malo en sí mismo; al contrario, su modelo en México ha dado resultados. Pero ya tenemos un precedente con Everton de Viña del Mar y el Grupo Pachuca: estabilidad económica, sí, pero sin grandes saltos deportivos. ¿Es eso lo que queremos para O’Higgins FC? ¿O aspiramos a algo más?


La afición está preocupada, y con razón. Los Abumohor son gente de fútbol, entendieron el club como algo más que un activo financiero. Pero si la venta es inevitable, ¿por qué no aparece un empresariado chileno que vea en el fútbol una inversión de país y no solo de bolsillo?

 

El fútbol chileno no puede depender siempre de que otros decidan por nosotros. Necesitamos imperios locales que entiendan que un club no es solo un negocio, sino un símbolo. O’Higgins merece más que ser una pieza en el tablero de un grupo extranjero. Ojalá alguien en Chile despierte antes de que sea tarde. Porque cuando el último cóndor caiga, ya no habrá vuelo que valga.

 


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